martes, 20 de enero de 2009

Software libre como alternativa al copyright


Leída la entrevista a Richard Stallman sobre el movimiento del software libre, lo primero que me sorprende es que sus afirmaciones suenan rudas, dejando entrever cierta radicalización.
Puede parecer que su propósito sea el de acabar erradicando todo software que no haya sido creado bajo licencia GNU.

Quizá si en el artículo se hubiese evitado esta acritud, las ideas que plantea caerían en el público con mayor calado, pues si bien es cierto que tiene mucha razón en sus planteamientos, también es cierto que hay que saber transmitirlos. Si partimos que lo más importante es el consumidor, entonces es totalmente lógico pretender conseguir un producto final acorde con sus necesidades, y que la oferta de productos sea suficientemente amplia como para poder elegir entre varias posibilidades.

Ahora bien, el hecho de que fabricantes de software y hardware se pongan en determinados casos de acuerdo, (en beneficio propio), limita en ocasiones las opciones del consumidor

Puede que el caso más llamativo, y no es el único, pero el que mayor repercusión tiene es el de los sistemas operativos. La alternativa entre Windows y Linux (que está presente en el artículo) es hoy día una alternativa real, pero hace pocos años el sistema operativo windows ha estado funcionando casi en exclusiva. Así la empresa fabricante Microsoft se posicionó en el mercado con una posición predominante (que derivó en prepotente) en parte por ser pionera en cierto sentido. A partir de ahí constituyó en su día un auténtico monopolio.

¿Cómo se consigue un monopolio? Es difícil crearlo, y las claves no siempre funcionan como verdades indiscutibles, pero algunas recetas favorecen su creación. Entre estas podemos citar el conseguir que windows se entendiese como un estándar, además de que no sólo Microsoft crease aplicaciones que funcionasen exclusivamente bajo windows (parece lo lógico), sino que otras muchas empresas crearon también programas que sólo corrían bajo este sistema operativo.

En los últimos años, el sistema operativo Linux, empieza a restar protagonismo a Windows. Aún así, es difícil desmontar los monopolios, y al igual que ocurre con las operadoras telefónicas frente a Telefónica la parte del pastel que han logrado arrebatar es pequeña, sin llegar a ser de uso mayoritario a pesar de las bondades del producto (con toda seguridad mejor que Windows), y el hecho de ser un producto gratuito.

El porqué de ello probablemente haya que atribuirlo a que asociamos que cualquier usuario puede manejarse con Windows, mientras que para Linux se considera que es necesario un mayor conocimiento informático. Bajo esta perspectiva resultaría un problema para el común de los mortales el cambiar de un sistema operativo "cómodo" a uno cuyas funcionalidades son mejores pero "complicado".En definitiva, tanto si optamos por uno u otro sistema,debemos felicitarnos por la posibilidad de elección.

Lo que sí que nos parece positivo es que haya surgido la posibilidad de tener una opción de calidad para poder elegir entre Windows y otro producto, que podamos elegir entre un producto con copyright y sujeto a las normas que marca su empresa distribuidora y un producto elaborado por una comunidad de usuarios y que nos permite utilizarlo y adaptarlo casi sin ningún tipo de restricciones.

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